domingo, 15 de junio de 2014

Confesión

Es verdad, la amé con sincera locura, sólo un demente como el que le está hablando tendría el valor de decirle con extraño júbilo que se alegra de ser un error, el único que fue capaz de amarla, de verla como realmente es.

Es extraño que un psicópata como su servidor haya tenido la osadía de dibujar una sonrisa en su hermoso rostro y aún así continuar siendo el acreedor de cada uno de sus suspiros y sus más fervientes pensamientos.

En la calma de mi raciocinio siguen surgiendo intervalos de extrema cordura, todo esto por una simple razón, el recuerdo de su mirar, aunque si bien sus ojos fueron la causa de mis desvelos y mis deseos, no puedo negar que la vida le haya otorgado la caja de pandora a una mujer cuya cordura está tan alejada como el sol de la luna y ésta se haya materializado en una esmeralda, que se ha dividido en cada uno de sus inefables ojos.

Si la vida fue capaz de confiar en usted, ¿por qué entonces no sería capaz yo de confiar en el brillo de sus ojos?

El control que usted ejerce sobre mí es absoluto, pese a que todos mis intentos han sido fallidos no me queda otra opción que la sublevación y confesarle que aún la sigo amando, no obstante, su amor todavía lacera mis recuerdos.

Cuando tocan a la puerta

Cuando la muerte toca a tu puerta, el tiempo se detiene, tus sentidos te atormentan, las lagrimas caen mientras tu alma grita.

¡La muerte! El beso del olvido, un sueño profundo del que nunca verás un nuevo atardecer, ¡oh, maldito sufrimiento!

Tu cuerpo pesa, ya no estás en capacidad de mantenerte en pie, las extremidades de un cuerpo sin alma comienzan a temblar, tus piernas no responden y tu corazón está a punto de estallar.

Los sollozos del inframundo penetran en tu mente, mientras tu mirada y la suya toman caminos por igual, pronto todo terminará; sabes que cada suspiro podría ser el último.  

sábado, 7 de junio de 2014

¿Alguna vez soñó conmigo?

Con gran vehemencia me atrevo a confesarle que desprecio mis sueños, así es, los odio con gran ímpetu ya que son ventanas a una vida paralela a la que jamás podré concebir. 

Me he visto preso del arrepentimiento, y de la deshonra. Fui yo quien en algún momento de nuestras vidas hizo una promesa, un juramento inquebrantable y así como lo hice con gran fervor, hoy prescindo de mis palabras. Usted mejor que nadie conoce mi falta y lo que implica mi desacato, por esta razón pido que disculpe a este invidente quien fue incapaz de cargar con el peso en su espalda. 

Debo aceptar que su recuerdo es inquietante, ya varias noches ha tocado a mi puerta y sin mayores impedimentos le he dejado entrar, aunque si bien su evocación es completamente onírica. se presenta ante mí cada noche sólo para mostrarme que sería de mi vida si no hubiese sido tan cobarde que aún hasta el condenado a muerte se apiadaría de mi alma.

Disculpe respetada dama si los trazos de mi pluma han llegado a agobiarle, sólo soy un desdichado que añora su perdón, de ser así, le ruego que ésta epístola permanezca en secreto, solo usted conocerá el significado de estos trazos.

Por último para concluir las palabras de este desgraciado y terminar con su infortunio, ¿permitiría usted que le haga una pregunta? Sólo quiero conocer su parecer, disculpe mi atrevimiento, ¿alguna vez soñó conmigo?