jueves, 1 de mayo de 2014

Un endeble ápice de libertad

La vida descansa en un constante amanecer, aún así, se es necesario no olvidar que se camina en medio de la penumbra. Si muriese hoy o muriese mañana, nada cambiaría, llorarían el primer día para que luego mi reminiscencia fuese evocada sólo en días de soledad. El vacío que dejaré pronto será reemplazado puesto que los seres humanos somos así; fuimos, somos y seremos reemplazables.

Sólo se es libre al momento de morir; cada lagrima que se esfuma en el piso será un clamado enfurecido de libertad, aunque en realidad no exista un concepto de libertad puesto que siempre se estará atado a una elección, aún siendo libres estamos superpuestos a elegir, así que cuando se nos es dada la oportunidad olvidamos, abandonamos personas, objetos, lugares; para así relegar un sufrimiento más y acercarnos un poco a aquella libertad tan añorada. Así mismo como olvidamos contemplamos lo incontemplable, reemplazamos lo irreemplazable para de esa manera pasar por alto sucesos de un pasado irreconocible.

Así pues si esta "soñada libertad" se pudiese obtener, es decir si se tuviese la oportunidad de alcanzar tan añorado logro teniendo en cuenta que para ello se tendría que fracturar y quebrantar la fe de alguien más con cada paso que se de; ¿serían entonces capaces de detenerme?


  

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