Heme aquí, observando mi rostro desfigurado en medio de cristales rotos, añorando un cambio en mi vida, mi alma se encuentra fragmentada en cada uno de estos trozos en donde por ahora veo mi futuro; veo soledad, tristeza que vendrá acompañada de dolor y sufrimiento.
Me encontraba mirando las nubes en busca de una que se pareciese a mí, se preguntarán: "¿por qué una parecida a él?" La verdad es que siempre quise descansar en el cielo, ser como el viento, pero desgraciadamente son vagos recuerdos.
La vi por primera vez ese día, era una mujer hermosa, su rostro era perfecto y su sonrisa se asemejaba a la de un ángel, un ángel que había bajado del cielo única y exclusivamente para salvarme.
Desde ese momento mi vida tomo un giro inesperado, estaba dispuesto a conocerla, quería que mi vida girase en torno suyo, pero no me percate de la realidad me encontraba obsesionado con mi amada; quería tenerla en mis brazos y decirle que la amaba.
Mi cuerpo se estremeció al pensar que solo conseguiría su cuerpo en mis sueños, odié cada instante de mi vida en el que nuestras miradas se encontraban entre sí tal vez porque sabía que sólo evocaría su mirada.
La última vez que la vi, mis ojos se encontraban bañados en lagrimas contemplé a mi amada desfigurada por el horror, envuelta en sombras, sus ojos no eran los mismos, me veían con desprecio; mi cuerpo se desvaneció en medio de sus sombrías vestiduras, adornadas en la oscuridad por demonios que han caído en brazos del olvido y han sido condenados a caminar con el hombre hasta el final de sus días, se convirtieron en mi sombra y en la de muchos más.
Mi amada se esfumó de cada uno de mis recuerdos, ahora, no puedo evocar su mirada, ni su cuerpo, sólo vislumbro su silueta en medio de las sombras del pasado.
Mi alma es la ilusión de una ser abandonado por la única mujer a quien ha amado; me he convertido en un forastero que ha decidido huir, aunque el fantasma de su pasado aún camina junto a mí.
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